Hace 6 Días
Una mujer está
comprando en un negocio, cuando suena su celular.
-¿Alo?, Tu de
nuevo. No, no quiero seguir hablando más contigo entiéndelo. Yo…yo me enamore
de otra persona… -Por el otro lado de la línea la interrumpen-… No basta.
Adiós.
La mujer cuelga
el celular y sale del negocio. Prende un cigarro y se dirige a un local de café
con mesas al aire libre. Al sentarse le pide a un mesero un café expreso. Luego
de su cartera saca una agenda. Al abrirla en la primera hoja se aprecian sus
datos. Su nombre Elizabeth Núñez. Entre la hojas de su agenda saca un papel y
al abrirlo lo comienza a leer, es una carta. Saca un lápiz y se dispone a
seguir escribiendo en ella.
-Señorita su
café. –Le interrumpe el mesero-.
-Gracias. –Le
responde Elizabeth-.
Toma un sorbo de
café y vuelve a leer la carta.
-“Cristian:
Cuando yo era tu profesora y te vi por primera vez supe que serias un excelente alumno. Un alumno ejemplar. Nuestra relación profesor-alumno era de lo mejor, me respetabas nunca me pasaste a llevar como lo hicieron alguna vez tus compañeros. Recuerdas cuando me estaba subiendo a mi auto y un tipo me apunto con una pistola y quería robarme el auto, tú apareciste de la nada y me ayudaste al espantar al ladrón el cual su pistola era a fogueo, por fortuna nuestra. Cristian de todo eso te estoy eternamente agradecida, y haría lo que fuese por ayudarte.
Cuando conocí a tu padre me enamore a primera vista, no sabía quién era solo sabía que sus ojos eran cautivantes…”
Cuando yo era tu profesora y te vi por primera vez supe que serias un excelente alumno. Un alumno ejemplar. Nuestra relación profesor-alumno era de lo mejor, me respetabas nunca me pasaste a llevar como lo hicieron alguna vez tus compañeros. Recuerdas cuando me estaba subiendo a mi auto y un tipo me apunto con una pistola y quería robarme el auto, tú apareciste de la nada y me ayudaste al espantar al ladrón el cual su pistola era a fogueo, por fortuna nuestra. Cristian de todo eso te estoy eternamente agradecida, y haría lo que fuese por ayudarte.
Cuando conocí a tu padre me enamore a primera vista, no sabía quién era solo sabía que sus ojos eran cautivantes…”
Elizabeth tenía
escrita esta carta que aún no estaba completa. Mientras toma su café comienza a
terminar de escribirla.
Luego de un rato
la dobla y la coloca dentro de su agenda, y saca dinero de su billetera para
pagar. Al pagarle al mesero se percata que de un tipo que con un gorro que le
tapaba la mitad de su rostro le toma su billetera y sale corriendo.
-¡Hey! –Grita
Elizabeth con rabia-. ¡Vuelve maldito!
-Señora, señora
no preocupe lo material se recupera. –Le dice el mesero tratando de consolarla
de alguna forma-.
-Lo sé, pero hay
tenía un dinero que necesitaba con urgencia. Ahora tendré que hacer más
trámites, tendré que ir a carabineros para dar aviso de la pérdida de mis
documentos, ya no quiero más problemas en mi vida.
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